El pelo de mi madre
no hubiera imaginado
de otro color,
que no sea ceniciento
o blanco plateado
de reluciente albor;
hasta que el otro día
en un libro he hallado por azar,
la foto de una chica
con los ojos tan claros
que parecen el mar.
Entonces comprendí
que se me había olvidado
que antes de nacer yo
mi madre habia vivído
cerca de treinta años
bella como una flor.
Yo no me daba cuenta
que también ella ha amado
hasta ver,
la foto de una chica
con los ojos tan claros
como un amanercer.
Yo nunca imaginé a mi madre entregada
a una gran pasión,
y que al hacerme a mi
tuvo que ser amada
y entregar amor.
Hasta que el otro día
en un libro he hallado por azar,
la foto de una chica con los ojos tan claros
que parecen el mar.
La foto de una chica
con los ojos tan claros,
y tan dulce mirar.
****