Ese gato
que se cruza en el camino
como un iceberg,
al que tengo que saltar
o hacer el quite,
si voy de aquí para allá,
de allá para acá,
con un mensaje urgente,
con una carga hirviente.
Ese gato que aparece
como una isla
no registrada en el mapa,
no se immuta,
no se inquieta.
Ese gato
al cual los vecinos denominan,
"su gato",
que no es mío,ni yo de él,
ni siquiera le interesa
solo ser gato,
como el poéta dijo.
A ese gato,
lo único que le interesa
es fastidiarme.
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